Redacción
El uso de nuevas aplicaciones para facilitar trámites, compras y pago de servicios a través de telefonía móvil, así como la venta de datos personales, favorece a hackers, extorsionadores y “monta deudas”, quienes suplantan e infiltran la identidad y operación, hasta de instituciones de gobierno como "Bienestar”, SAT y CFE.
Los delincuentes aprovechan la baja respuesta y solución a las denuncias y la omisión en protección de datos personales, para cometer fraude a nombre de dichos organismo públicos y privados.
Esas organizaciones superan en inteligencia y acción a la policía cibernética e investigación, fiscalías y frágiles candados de "seguridad” en la banca y empresas de paquetería.
Así como lo engorrosos en la atención de aclaración por cargos indebidos o saque de cuentas en bancos.
La dilación en atender denuncia y queja para atender a la víctima, lo que permite culminar con éxito un ilícito.
Los extorsionadores actúan con rapidez, astucia y eficiencia durante la llamada, mensaje de texto o de watshapp.
Su operación es rápida para “enganchar” a la víctima e infiltrar a sus contactos, estafar o saquear cuentas bancarias.
Usan con precisión datos personales, números telefónicos, nombre, apellidos y hasta direcciones particulares de las víctimas.
Un ex ejecutivo de HSBC y BBVA confesó que esas operaciones no serían tan efectivas sin complicidades, incluso de algunos actuales ejecutivos, empleados o ex trabajadores que conocen los sistemas de operación de la banca, del gobierno, de las compañías telefónicas o de paquetería.
Reconoció como atractiva las ganancias que ofrecen esas células de criminales frente a los salarios, explotación laboral y cargas de trabajo en un empleo formal.
Precisó que principalmente un desempleado se ve tentado a convertirse en cómplice, filtrar nombres o cuentas bancarias para posibles víctimas.
Invierten hasta en adiestrar a sus operadores, aceptó, para mayor efectividad de sus acciones y convencimiento a nombre de organismos gubernamentales, bancos y empresas de paquetería.
Reconozco que los delincuentes tienen más habilidad, persistencia y hasta buen trato, que nosotros para atender o resolver un trámites, aceptó, el ex ejecutivo de BBVA.
El diputado local panista, Andrés Sánchez, se refirió a los “montadeudas”, otra forma de abusar a través de préstamos.
Indicó que ellos operan también través de las aplicaciones y plataformas digitales y prestan con intereses abusivos para luego intimidar a la víctima y cobrar pagos desmesurados.
Manifestó su compromiso de frenar esos abusos para cumplir con la demanda que le hicieron varias víctimas durante su campaña.
Por ello, comprometió seguir adelante en el Congreso capitalino, con la iniciativa para reformar el Código Penal local y castigar con cárcel de uno a cuatro años, a quienes con amenazas, intimidación u hostigamiento, cobren deudas.
Son múltiples los casos y formas de convertir al ciudadano en víctima a veces con deudas impagables y productos de extorsión o fraude.
Otra víctima, denunció que le llegó un mensaje, donde detectó que suplantaron a instituciones que debieran ofrecerles seguridad como Bienestar.
Usa la imagen y logotipos de la Secretaría de ¡Bienestar! al gobierno de la Ciudad y hasta del SAT, para mayor credibilidad y enganchar a la víctima.
Todo lo aprovecha para perfeccionar el fraude y estafan con mayor facilidad a personas de la tercera edad.
El ladrón, necesita sólo unos minutos para embaucar, convencer y hackear. En dos hora logra saquear una cuenta bancaria o engañar con algún trámite en la Secretaría de Bienestar, SAT y CFE.
Mientras que para levantar una denuncia en el MP, la víctima invierte un día o espera más de cinco horas, sólo para que lo reciban.
La policía cibernética y de investigación, es lenta y con desinterés frente a la rapidez y eficiencia de quienes atrapan víctimas por llamada telefónica, internet o mensaje de texto.
En una institución bancaria se espera turno -más de media hora- y cuando pasan con el ejecutivo, no resuelve te canaliza al aparato telefónico para que una operadora atienda la reclamación y la cuanta ya fue saqueado.
El delincuente perfecciona permanentemente sus formas ilícitas de operar. Usan el número 800, la supuesta entrega de paquetería de Bienestar; los avisos de multas o citatorios de instituciones como el SAT.
Compartimos en la imagen de axceso al texto, uno de los números para que estén alerta, con el 800 y el inicio de 564, que son principalmente de ladrones que timan.
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