*Dinamarca, tan lejos de México como lejos tener aquí un sector de salud digno
*El gobierno pretende hacia afuera, presumir calidad de salud que hacia dentro es denigrante
*¿Debemos esperar resignadas la muerte? muchas se preguntan
*Sheinbaum y Zoe Robledo saben de las pesimas condiciones de instalaciones y servicios
Socorro Valdez Guerrero
“Aquí, no podemos darle radioterapia, estamos rebasados”, retumbaron en su mente esas insensibles palabras del oncólogo del IMSS.
Ella, tiene cáncer cervical a sus 38 años, no ha sido madre y hace todo para frenar el mal.
En su clínica, le ponen trabas, le piden espere a la junta de finanzas para que autoricen su tratamiento.
Es derechohabiente, y como otras, tiene casi un año que le diagnosticaron ¡Cáncer!
Hasta sus estudios para saber que padece el mal, los tuvo que hacer en un laboratorio particular, porque en los exámenes del IMSS, erraron el diagnóstico, ahí le aseguraron:
Es tumor benigno.
Ella, no se confió y otras más sí.
Ahora padece, porque igual que otras trabajadoras afiliadas del IMSS no le dan un servicio que paga y le dé esperanza de vida.
Omiten por falta de presupuesto, exceso de pacientes y hasta por errores en el diagnóstico, un tratamiento inmediato para que las células malignas no contaminen todo su cuerpo.
A esa joven mujer de nombre Claudia, la obligaron desde que sentía malestares, a buscar alternativas particulares de atención para sobrevivir.
Después que recibió la noticia, espera y espera una atención que no le da el IMSS.
En Oncología del Centro Médico hasta las ¡Quimioterapias, que evitan la invasión de cáncer en su organismo, le niegan.
La realidad para ella, como para otras, es que no hay forma de tratamiento inmediato.
El equipo para quimios del IMSS no funciona, no hay presupuesto y también malos tratos y praxis médica.
—Me pregunto, dice Claudia con pesar, ¿a cuántas como yo, les dieron mal el diagnóstico en el IMSS?
Cuántas se confiaron al resultado y su cáncer, sin que ellas lo sepan, avanza y.. ¡Las va a matar!
Son más de 150 mujeres desesperadas que buscan donde les apliquen la radioterapia para que el mal no se riegue ni las asesine.
El IMSS sabe que si no ataca el cáncer, ella y otras ¡Mueren!
Cada minuto y medio fallece, según estadísticas de ellos mismos, una paciente por ese mal.
Incluso, la prioridad de atención en la clínica 4 de Gineco-Obstetricia, es ¡Discriminatoria!
El presupuesto y equipo, son para el tratamiento de víctimas del cáncer de mama.
La otras, las del cervical, sin ¡Atención inmediata! Para frenar el padecimiento.
A todas ellas les piden esperar a que finanzas se reúna y aprueben su atención subrogada.
Los recursos de ese servicio, no alcanzan y el equipo en esa clínica 4, también es limitado.
Se desconoce porque el criterio inequitativo y discriminatorio para atender primero a unas y luego a otras.
—Las que tenemos cáncer cervical, qué hacer—, pregunta por todas, sin respuesta ni solución.
Ahora las derechohabientes, buscan cómo evitar se diseminen las células cancerosas.
Ella, está en la etapa 3C; otras, tienen metástasis y unas más, en lo último del mal.
Las demás, murieron.
Tanto en el Centro Médico Siglo XXI como en la clínica de zona 4, de esas mujeres no saben ni cómo detener la enfermedad sin radioterapias.
Hay miedo que mientras esperan, el cáncer las mate.
Sus problemas emocionales crecen en busca de la atención que el IMSS, les insiste esperar.
¿A qué?.. y se preguntan si las células cancerígenas esperan o le apuestan a un milagro.
Las campañas del sector salud, son claras, 99 por ciento de los casos de cáncer, son curables cuando se atienden y detectan a tiempo.
Parece que la clínica 4 o el Centro Médico Siglo XXI, calificado entre los diez mejores a nivel Latinoamérica, quieren que seamos parte de las cifras, donde cada dos horas muere una mujer por cáncer cervical.
En el Siglo XXI, que ocupa el décimo lugar del ranking del portal de estadísticas alemán Statista, por su “innovación de tratamientos”, en la realidad, es evidente su bajo nivel e insensibilidad de las autoridades.
Ellas ¡No quieren morir! Ni que avance el mal.
—Cada día que pasa, me canso más, ya no puedo y somos en lista de espera 150 mujeres por ambos cáncer de mama y cervical.
Cuando me dicen en el IMSS que no hay presupuesto para nuestra atención, se agolpa en mi mente la presencia de la muerte y la pregunta de:
¿Qué más hay que esperar ante un cáncer sin atención?
Y es real…Sólo la ¡Muerte!
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