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Clark ¿sin responsabilidad? Buenrostro ¿villana?

  • Foto del escritor: FRANCISCO RODRÍGUEZ
    FRANCISCO RODRÍGUEZ
  • hace 1 día
  • 4 Min. de lectura

18 de abril de 2025

 

ÍNDICE POLÍTICO


FRANCISCO RODRÍGUEZ

 

Quienes son sus subordinados en la subsecretaría de Salud, aunque también algunos de sus superiores, consideran que, pese a su bajo perfil, Eduardo Clark es la personificación de la soberbia, la improvisación y la impunidad. Es, también, uno de los responsables del colapso de la licitación con la que se suponía el régimen de Cuarta… Transformación daría fin al desabasto de medicamentos.


Clark saltó a la arena pública como un joven talentoso en datos y presentaciones. Fue conocido por preparar materiales de PowerPoint para las conferencias de la entonces jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.


Pero la política mexicana tiene la mala costumbre de convertir a operadores de imagen en operadores de Estado. Así, sin experiencia en adquisiciones, sin conocimiento del sistema de salud y sin formación legal en compras públicas, Clark fue nombrado subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud. El resultado ha sido desastroso.


Desde su llegada a su cargo actual, Clark ha mostrado una arrogancia que solo es comparable con su desconocimiento. Funcionarios con décadas de experiencia, técnicos con dominio de la Ley de Adquisiciones, expertos de la industria farmacéutica y hasta miembros del gabinete han advertido sobre sus errores.


Pero Clark no escucha. Actúa como si supiera, despreciando cualquier sugerencia o corrección. La consecuencia: un proceso de licitación de medicamentos fallido, anulado por sobreprecio y viciado desde su origen.


Y, sin embargo, en la narrativa oficial, Clark sigue siendo un técnico impoluto. En contraste, se ha exhibido públicamente a los ex funcionarios de BIRMEX Iván Olmos y Emma Luz López, como los únicos responsables del desastre.


Pero el proceso de licitación no fue obra de dos personas. Detrás del fracaso hay una red de funcionarios subordinados a Clark que influyeron directamente en la evaluación técnica, manipularon fallos y favorecieron a proveedores con prácticas discrecionales.


¿Dónde están las sanciones para ellos? ¿Quién investiga a los que operaron desde la subsecretaría? Nadie. Porque en la lógica del poder, el castigo se aplica solo a los que no están protegidos por la narrativa presidencial.


Así, lo que inició como una promesa de tecnocracia eficiente se ha convertido en una fuente de enojo e incredulidad para toda la industria. Eduardo Clark ha logrado lo impensable: unificar a proveedores, técnicos, médicos, funcionarios honestos y hasta periodistas en su contra. No por una campaña, sino por los resultados de su propia gestión. La licitación más ambiciosa de medicamentos de los últimos años fue declarada nula. El abasto está comprometido. La corrupción sigue. Y Clark sigue.


No se puede reformar un sistema de salud podrido con funcionarios improvisados y soberbios. Eduardo Clark representa el tipo de burócrata que no solo no resuelve problemas, sino que los agrava por no saber escuchar, por no querer aprender y por rodearse de personas que, como él, no tienen experiencia ni escrúpulos.


Si de verdad se quiere limpiar la casa, como tanto se proclama, el primer paso es sacar la basura desde arriba.

 

Raquel Buenrostro tuvo el valor de decir la verdad

 

En medio del terremoto que ha sacudido al sistema de adquisiciones de medicamentos en México, el nombre de Raquel Buenrostro ha sido lanzado al centro de la controversia. Para algunos, es la villana que provocó la nulidad de una licitación multimillonaria. Para otros, es la funcionaria que finalmente tuvo el valor de levantar la voz frente a un esquema de corrupción silenciosa. Pero una cosa es clara: quienes hoy la señalan desde las sombras, son los mismos que generaron el desastre.


Lejos de asumir su responsabilidad, Eduardo Clark ha comenzado una campaña velada para culpar a Buenrostro del fracaso del proceso de licitación. En reuniones privadas, fuera de foros públicos, Clark asegura que fue la Secretaría Anticorrupción la que "reventó" la compra. Nada más falso.


Desde noviembre del año pasado, Raquel Buenrostro había emitido alertas sobre posibles irregularidades en el diseño de la licitación. Su oficina advirtió sobre criterios técnicos opacos, vicios de origen en la evaluación y favoritismos disfrazados de "fallos binarios". Ignorar esas advertencias fue una decisión unilateral de Clark y de su equipo.


El diseño de la licitación consolidada fue encabezado por funcionarios que responden directamente a Clark. Las evaluaciones técnicas fueron realizadas por subordinados que manipularon criterios y descartaron propuestas viables. La corrupción no estuvo en BIRMEX solamente: fue un esfuerzo conjunto entre la subsecretaría y los operadores logísticos que han sido parte del desastre desde la época del INSABI.


Sin embargo, al llegar el escándalo, Clark no solo negó su implicación. En una jugada de supervivencia política, permitió que se sacrificara a Iván Olmos y a Emma Luz López como los únicos culpables. Mientras tanto, quienes manipularon fallos, inflaron precios y favorecieron a proveedores cercanos, siguen en sus puestos.


Es absurdo que se pretenda responsabilizar a quien levantó las alertas, mientras se protege a quien ejecutó el fraude. Pero esa es la narrativa que Clark ha impulsado. Para él, Raquel Buenrostro es la culpable por haber descubierto el problema, no por haberlo causado. Así, el joven que alguna vez hacía presentaciones en PowerPoint se convierte hoy en uno de los funcionarios más cuestionados del sector salud, pero blindado por la narrativa oficial.


Raquel Buenrostro puede tener muchos detractores, pero también ha demostrado que la vigilancia institucional tiene un precio. En lugar de esconderse, dio la cara. En lugar de encubrir, denunció. Queda claro que, en un sistema donde la impunidad es regla, quien denuncia termina siendo el enemigo.


No, Raquel Buenrostro no es la villana. La verdadera tragedia es que, mientras ella paga el costo político, Eduardo Clark y su red de improvisados e ineficientes funcionarios continúan operando como si nada hubiera pasado.


El daño, como siempre, lo paga el pueblo mexicano, que seguirá esperando medicinas que no llegan, pese al compromiso presidencial.

 

Indicios

 

Este miércoles, horas antes del feriado religioso, la Presidente Claudia Sheinbaum informó que su Administración autorizó una compra emergente de medicamentos oncológicos, con el objetivo de agilizar el abasto y garantizar el tratamiento a pacientes con cáncer. ¿Ya empezamos con el “bisnes” de las compras emergentes? * Por hoy es todo. Reconozco que haya leído hasta aquí. Como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

 

 

@IndicePolitico

@pacorodriguez


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